Hace unas semanas tuvimos una cena familiar en mi casa, era una noche estrellada y con una temperatura muy agradable. Llegaron varios tíos y primos que teníamos un tiempo sin ver, nos acomodamos en la terraza y al ritmo de algunas cheves comenzamos a ponernos a día; Que sí que haces ahorita, que si cómo te va en los negocios, que si cómo te va con todo lo que pasa en el país en estos momentos…
Poco a poco todos fuimos platicando sobre nuestras experiencias e historias sobre el trabajo, los negocios y la vida familiar. Cuando llego el turno de hablar de mi tío Mario, comenzó a quejarse de la situación del país, del gobierno, de sus compañeros de trabajo y de que prácticamente pareciera que todo estaba en su contra.
“Cada día es más difícil salir adelante, con esta crisis ya no sabe uno que hacer”. Nos decía y continuaba con su chiste de siempre: “Antes tener un kilo de huevos costaba $100 pesos, ahora tener $100 pesos nos cuestan un …” y se reía un poco y terminó diciendo: “Parece que todo lo que puede salir mal sale mal.”
En ese momento le pregunte que si se daba cuenta de que casi todos sus comentarios eran pesimistas o negativos. Mi tío solo sonrió y me digo que no era cierto y que simplemente estaba siendo realista.
Por unos instantes imagina y dime tío Mario ¿Qué sentirías si te dijera que el universo entero se encuentra haciendo un complot, pero para apoyarte a lograr todo lo que buscas?
Entonces continué diciendo: Tío por favor pon mucha atención porque esto que te voy a decir es muy importante y pocas personas lo saben; Ser un paranoico a la inversa es precisamente eso, tener la actitud mental de que todo el mundo conspira para hacerte el bien. En lugar de considerar cada situación como difícil o cada reto como algo negativo, es mejor callar esa voz y darle la vuelta en nuestra cabeza.
Es importante recordar que podemos observar cada reto como una pesadilla o como algo enriquecedor. Pensar y enfocarse en que siempre hay algo positivo en cada situación nos ayudará a atravesar por cualquier experiencia de una mejor manera.
Como decía Mark Twain: “Así como nadie fabrica un candado sin su llave, de igual manera cada problema viene siempre acompañado de una solución; y sobre todo, de un aprendizaje”.
Eso es justamente lo que hacen quienes logran el éxito, se convierten en paranoicos a la inversa. De hecho, las investigaciones del MIT, indican que lo más importante ante cualquier evento no es el evento en sí, sino la interpretación que le damos en nuestra mente y lo que decidimos hacer con eso que nos sucede.
Imagina comenzar a cambiar nuestro paradigma negativo en uno positivo. Pudiéramos abrirnos a un mundo de posibilidades. Los obstáculos y las experiencias negativas las veríamos desde otro ángulo mucho más positivo.
- Si alguien te busca para un negocio y piensas que va a estafar, ¿por qué mejor no imaginar que es un nuevo contacto con el que puedes hacer muchos negocios próximamente?.
- Si de pronto te quedas sin trabajo puedes pensar que encontraras uno mejor o comenzar con tu propio negocio.
- Si pasas por una enfermedad tal vez te sirva para tener tiempo para aclarar tu mente y reorganizar tu vida y tus pendientes.
En fin, se trata de ver las cosas desde otro enfoque, recuerda que aquello a lo que le ponemos atención crece y aquello a lo que dejamos de ponerle atención desaparece. Entonces si estoy teniendo una mala racha quizás debería preguntarme si me he estado enfocando en lo que no quiero, en lo que no tengo o en lo que no puedo. Y realizar un reenfoque hacia lo que si quiero, si puedo y si tengo para lograr eso que busco.
Así que a partir de hoy conviértete en un paranoico a la inversa y comienza a buscar la oportunidad en cualquier situación. Interpreta cada experiencia como algo bueno y saca solo lo positivo de ellas. De hecho, si haces el hábito de buscar lo bueno diariamente tu mente a acostumbrará y comenzarás a sentirte mejor cada día.
En ese momento mi tío no me dijo muchas palabras, más bien se quedo pensativo mientras la reunión familiar llegaba a su fin.
Un par de semanas después recibí una llamada y era mi tío Mario. “Sobrino, estoy muy feliz, fíjate que comencé a seguir tus consejos y mi situación está cambiando. Ahora parece que todo sale a mi favor, encuentro aprendizajes todos los días y la lista de las cosas que me salen bien es mucho mayor que la lista de las cosas no tan buenas.
Muchas gracias por tus consejos y ahora necesito que se las enseñes a mi equipo en la empresa donde trabajo. ¿Cuándo empezamos?”
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