Hace algunos años formaba parte del staff de un famoso conferencista. Durante una reunión con el equipo de trabajo un compañero acababa de presentar un reporte y el jefe en tono serio le comentó: “ojalá y recibas tu merecido…”.
En ese momento el ambiente se llenó de una asfixiante tensión y en mi mente me cuestionaba que es lo que yo sentiría si hubieran dirigido hacia mi ese rudo comentario. Sin embargo, lo más sorprendente fue la respuesta de mi compañero. Con una gran calma le contestó: “Muchas gracias boss, soy un buen elemento en el equipo y merezco ir creciendo dentro de la empresa…”.
Durante algunos días me pregunté ¿Qué fue lo que hizo que yo pensara de manera tan diferente? De pronto recordé las reflexivas charlas que tenía con Don Miguel Ruiz hace algún tiempo sentado en la orilla de la fuente de un viejo parque de la ciudad de México, donde me explicada detalladamente sus famosos 4 acuerdos y de pronto me hizo sentido el primero de sus principios “Se impecable con tus palabras…”
En ese momento descubrí que las palabras no son solo palabras, sino que las palabras tienen cargas emocionales. Las palabras usadas correctamente pueden cerrar un gran negocio, convencer a tu equipo de dar su mejor esfuerzo en un valioso proyecto, empoderarte para vencer un añejado miedo o de plano destruir meses de valiosas negociaciones.
Aquí te comparto algunas palabras que definitivamente de van a ayudar al momento de buscar la aprobación de tus oyentes:
«Exclusivo». Todo el mundo siempre quiere “pertenecer”. Cuando haces que tu producto, servicio o idea sea exclusivamente para un grupo selecto harás que las personas lo quieran aún más. Puedes utilizar sinónimos como: «sólo miembros con invitación» o, «esto no es para todo el mundo».
«Fácil». He tenido la oportunidad de participar en encuestas en donde se le pregunta a la gente cuáles son los factores principales a la hora de tomar una decisión y “fácil de realizar” está dentro del top 3.
«Porque/Para». En un ejercicio se probaron diferentes frases para ver cuál funcionaba mejor a la hora de conseguir que la gente dejara meterte a una fila para sacar copias.
1: “Disculpa, tengo cinco hojas, ¿puedo utilizar la fotocopiadora? –> 60% permitió que tomara su lugar.
2: “Tengo cinco hojas, ¿puedo utilizar la copiadora porque tengo prisa?” –> 90% accedió a que se metiera a la fila.
3: “Disculpa tengo cinco hojas, ¿me darías permiso de usar la máquina para sacar copias porque tengo prisa? –> 93% aceptó que utilizara su lugar.
«El mejor.» ¿Que frase te llama más la tención?: 1) ¿Cómo vender más por internet? o 2) La mejor manera de vender más por internet. Gracias al principio de comparación estamos habituados a comparar situaciones, personas o cosas y nuestro cerebro busca seleccionar la mejor opción.
Tú tomas la decisión. A veces el ser muy insistente o atiborrar con ejemplos y datos a tus oyentes hace que solo se cierren y dejen de escucharte. Al hacerles saber que ellos son los que deciden logras que bajen la guardia y muestre una actitud más participativa. Puedes utilizar frases como “Tu eres quien mejor sabe todo lo que puedes lograr si hacemos esto, así que solo tu puedes tomar la mejor decisión”.
Al estar conscientes del poder de nuestras palabras podemos obtener mejores resultados al hablar con nosotros mismos; lograr la valiosa colaboración de tu jefe y de tus compañeros de equipo o para negociar un buen acuerdo. Solo es cuestión de practicar más. Tú tomas la decisión…